En toda buena relación de pareja no tóxica hay una mezcla de amistad, pasión y compromiso. Pero cuando estos pilares faltan y a pesar de ello las parejas continúan, estamos hablando de dependencia emocional o dependencia afectiva.

Cada pareja puede continuar en una relación insatisfactoria por diversos motivos. Los principales son:

Baja autoestima. Hay personas que no saben dejar a alguien que “las quiere” o que quieren estar a su lado. Creen que tienen suerte de haber encontrado a alguien que las quiera. Son personas que sienten que sin el otro “no son nadie”.

Miedo. A no encontrar a alguien mejor, a la soledad. He encontrado varios pacientes que, aún y vivir en Barcelona, tienen miedo a no conocer a nadie más que valga la pena.

Evitación del dolor. Hay quien no soporta el sufrimiento intenso que causa una ruptura, aunque a largo plazo estaría mejor.

Necesidad de afecto. Hay personas que necesitan el cariño a toda costa. No pueden estar más de 24h sin ese afecto. Cuando no lo tienen sufren un grave síndrome de abstinencia.

Reconocimiento del error. Hay parejas que llevan tantos años juntos, con tanto sufrimiento acumulado, que tirar la toalla es visto como un gran fracaso. Si la otra persona no es la adecuada, “¿qué he hecho todo este tiempo?”.

Economía. Hay quien no podría mantener un alquiler solo, o a quien se le hace una montaña romper con la persona con la que se comparte una hipoteca.

Falta de habilidades. Hay quien no sabría cómo desarrollarse en algunas áreas de la vida, porque siempre ha sido el otro quien se ha encargado de ellas. Esto pasa mucho con hombres mayores que nunca se han encargado de la casa, por ejemplo.

Evidentemente, como ya he dicho anteriormente, todas las parejas tienen algún que otro factor generador de dependencia. La dependencia se convierte en patológica cuando la relación se sustenta exclusivamente por estos factores. Cada persona es diferente y puede tener desde un factor a varios o todos a la vez. No significa que a más factores más dependencia. Todo depende de cómo se gestione emocionalmente cada factor. sienta una coherencia consigo mismo. Todo el mundo es capaz de luchar e intentar decidir si quiere mejorar su relación de pareja o si no hay base que la sustenta.

Lo que hay que tener claro es que somos mucho más que «la pareja de», y que no se puede vivir exclusivamente para alguien. Porque aunque nos guste imaginarnos que el amor durará para siempre, nunca sabemos lo que puede pasar. Si uno se entrega únicamente a la pareja, no se cultivan las otras áreas de la vida. Y es que una persona es madre, hija, hermana, profesional, amiga… además de poder ser bailarina, pintora… cualquier rol que la persona desee desempeñar.